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Historia, Orígenes y Empresa
Al Norte de la provincia de Jaén, en Andalucía, a su paso por la Autovía A-4 E5 km. 265, termino de La Carolina, en una finca donde se encuentran las ruinas del Castillo que dio nombre a la Batalla de las Navas de Tolosa 1.212, en Sierra Morena, donde la reina de la caza menor es la Perdiz y de la caza mayor el Ciervo y el Jabalí.
Dedicados al negocio de la restauración desde sus inicios, junto con otras actividades como, la hostelería, ganadería de toros bravos, coto de caza mayor y cultivos dedicados a la elaboración de aceite de oliva virgen.
Allá por el año 1948 en una pequeña venta se abre el primer Orellana-La Casa de la Perdiz, (poco tiempo después conocido por sus clientes como Orellana Perdiz), lo inicia Vicente Orellana y su pequeño hijo Andrés, su esposa María se ocupa de la cocina, aportando aquellas recetas que le habían enseñado su madre y abuela que provenían de tierras manchegas, paraíso de los grandes cotos de perdiz. Transformando y conservando esos platos tradicionales de la cocina burguesa en las especialidades que hoy conocemos.
Tras más de medio siglo siendo pioneros en la elaboración y difusión de la cocina de caza, de hecho en junio de 1974, representamos a Jaén en el ” I Concurso Exposición Nacional de Gastronomía de Zaragoza”, exhibiendo platos tan consolidados en nuestra casa, como la Perdiz en Escabeche, Perdiz Estofada, la Perdiz Encebollada y nuestro Pate de Perdiz OP, hoy seguimos apostando por esas tradiciones.
Desde mucho tiempo atrás, la ilusión de Andrés y Agustina, su esposa, era hacer una industria artesana donde se elaboraran nuestros productos, pero estábamos centrados en otras actividades y se fue retrasando una y otra vez. La siguiente generación decidimos hacer realidad esta ilusión y cumplir el deseo de muchos de nuestros clientes que nos demandaban nuestros productos en sus zonas de origen.
Orellana Perdiz defiende las tradiciones culinarias de sus ancestros desde hace mas de tres generaciones, un patrimonio al que solo tienen acceso determinados miembros de la familia, siendo todo un acontecimiento familiar el traspaso de ese legado culinario de una generación a otra.